Época odiada y querida a partes iguales, la navidad irrumpe a finales de año como un terremoto que todo lo desmorona. Una simbología incuestionable se instala, como parásitos caninos, en las calles de medio planeta: árboles de hoja perenne con adornos ridículos, absurdos Papá Noeles, indignas estrellas de belén, rancios nacimientos, troncos tradicionales medio muertos y, por supuesto, los detestables villancicos.

¿Hay algo más navideño que los villancicos? No. Se mezclan entre la muchedumbre que consume por doquier en las calles comerciales, aparecen irremediablemente en todas las radios, se cantan en las escuelas... ¡Son inevitables! Allá donde vayas están ellos, esperando cual depredador desalmado. Como es mejor adaptarse que perecer ante tal ataque de mal gusto, hemos decidido preparar a nuestros lectores para este desbocado tropel de despropósitos llamado canciones de remanso y sosiego ¡Y un cuerno! Compañeros, que lo sepamos: seremos atacados en el flanco izquierdo por el esperpéntico “Fum, fum, fum” y “El Rabadà”; de frente, y sin ningún tipo de compasión, sufriremos los embistes de “Los peces en el río” y “Campana sobre campana”; por la derecha nos horrorizaremos ante “Arre borriquito” y la maquiavélica “La Marimorena”; cuidaremos la, siempre preocupante, retaguardia de “Feliz Navidad” (por la cual debemos agradecer a Jose Feliciano su pérfida existencia) y la engañosa “Noche de paz”. Siempre habrá quien quiera parecer elegante y nos torture con los “Adeste Fideles”, “Jingle Bells” y “Let it snow” de turno. ¡Que no sucumba nuestra entereza! Dispuestos para el calvario, esperaremos la hora fatal con nuestro “kit” salvavidas en la mochila. La fiestas del solsticio de invierno (que no vengan ahora los católicos a apropiarse de unos jolgorios que se celebraban milenios antes de la llegada del Mesías) pueden ser una trampa inapelable.
Y para colmo nosotros, incoherentes, nos dejamos contagiar por el virus navideño y escogemos, para un día tan indicado, un villancico de John Lennon. Con bastante más clase que los arriba reseñados, el ex-beatle, sorprendió en la navidad de 1971 con este single que grabó junto a su esposa, Yoko Ono, y las voces infantiles de “The Harlem Community Choir”. Un tema evocador, que se deja llevar por un ambiente, efectivamente, muy navideño y que no puede evitar tener “ese” matiz tan inconfundible del cuarteto de Liverpool.

Pero “Happy Xmas (war is over)” tiene un sentido mucho más profundo que el que el aspecto formal de la composición nos sugiere. A finales de la década de los sesenta, Lennon y Ono, con el compromiso político a flor de piel, lanzan una contundente campaña contra la guerra del Vietnam y de la violencia generalizada en el planeta. Una mañana de diciembre, algunas de las capitales más importantes del mundo (Londres, Amsterdam, Berlín, París, Atenas, Nueva York, Los Angeles, Montreal, Tokio, etc...) despertaron con unos enormes carteles que ocupaban los clásicos espacios promocionales de la calle. En ellos se podía leer: ¡LA GUERRA TERMINÓ! “Si ustedes lo quieren” Feliz Navidad, de John y Yoko. Con este mensaje tan directo, el matrimonio más mediático de la era rock, sacudía a los gobiernos que toleraban el conflicto entre los EE.UU. y el Vietnam, y alimentaban la maquinaria de la guerra. Evidentemente, a la administración Nixon no le gustó nada el cartelito y consideró a Lennon una amenza. Desde entonces trató desesperadamente de expulsarlo del país. Más tarde llegó el “molesto” villancico”, con una letra que una vez más era corrosiva y crítica con el sistema; un canto a la paz y la esperanza, un reivindicación por la igualdad entre todos los hombres, independientemente de su color, condición y credo.
John Winston Lennon nace en Liverpool el 9 de octubre de 1940. Sus padres, Julia Stanley y Fred Lennon, no eran el clásico matrimonio de la época; el padre, marinero y pasando largas temporadas fuera de casa, y la madre, un espíritu libre, no pudieron hacerse cargo de su educación y pasaron la custodia a la estricta tía Mary Smith, hermana de la madre, y el tío George, a quién John quiso como un padre.

En 1962 contrae matrimonio con Cynthia Powell, un año más tarde nace Julian, su primer hijo. Desde 1966, mantiene relaciones con la artista plástica japonesa Yoko Ono, en opinión de algunos, el germen que precipitó la desaparición de “The Beatles”, para finalmente divorciarse de su primera esposa en 1968.

Feliz Navidad.
4 comentaris:
Que pasión tan manifiesta por los villancicos se recoje en este artículo.
Feliz Navidar
Merril Crismax a todos y un próspero 2006.
Me gusta mas el Tamborilero, por Raphael
POR K ES LA CANCION DEL VIERNES (36)??
ATENTAMENTE
DANIELA
lacaverna1962@hotmail
A ver, resaltemos cuatro conceptillos:
"Época odiada y querida"
"como un terremoto que todo lo desmorona"
"simbología como parásitos caninos"
"adornos ridículos"
"absurdos Papá Noeles"
"indignas estrellas de belén"
"rancios nacimientos"
"troncos tradicionales medio muertos"
"detestables villancicos"
Jo macho!! Pues menos mal que además de odiada es querida la época, porque si no... EN todo caso tu ya has dejado claro en cual de los dos coneceptos te situas, vamos...
Yo me situaría en el otro lado, pero tangencialmente, casi, o sea, sin separarme demasiado de la línea que separa ambos. Vaya que no hay equilibrio. Pero si hay alguien a quien le guste la navidad tanto como tu la detestas... Pues sí, tambien debería hacerselo mirar... Puaj!
Por cierto, hola Daniela, se te ve nueva por aquí... Bienvenida a "la univesal"...
El número 36 se refiere a las otras 35 semanas anteriores que tambien han tenido su "canción del viernes". Te lo digo para que las visites con paciencia, que algunas de ellas son muy largas...
Publica un comentari a l'entrada