13 de desembre, 2014

Diario de Jack Murphy (el de la ley de Murphy) por el camino de Santiago (entrada #38).

Entrada 38. 

Me da la impresión que alguien nos sigue. Si, no es una manía persecutoria. Mientras andamos por el camino, me giro con cierta frecuencia y siempre encuentro allí a alguien que se aproxima. Intentan disimular. Lo se. Tratan de parecer peregrinos, pero creo saber quienes son. Me parece que siguen tratando de atraparme después de aquél asunto de los misiles nucleares que vendí a una pirotecnia cuyos propietarios tenían cierto acento caucasiano.
He hablado con ella del asunto. Juntos, hemos preparado una trampa para osos, de esas con estacas en el fondo. Nos hemos emboscado y hemos esperado a los espías. Por fin, han caido. Hemos salido del escondrijo y hemos acabado de rematarles con un yunque que hemos encontrado por ahí.
Pensaba que serían del MOSSAD, del KGB o de la CIA, pero no ha habido manera de encontrar sus identificaciones. Tal vez las hayan cambiado y ya no sepa reconocerlas. En fin: hemos tapado la trampa lo mejor que hemos podido y, ya con más tranquilidad, hemos continuado el camino. Al poco me he girado. ¡Maldición! ¡Dos tipos más nos seguían!
La mañana ha sido muy larga.