04 de desembre, 2016

Diario de Jack Murphy (el de la ley de Murphy) por el camino de Santiago (entrada #43) (eventualidades de los viajes, 5ªparte.

Décimo segunda: Conflictos armados. Amigos, en el tiempo que vivimos, si antes de viajar no nos informamos convenientemente de los conflictos, durmientes o despiertos, que sacuden el lugar a visitar, estaremos cometiendo una gran irresponsabilidad.
Afortunadamente, internet nos concede un acceso sencillo y actualizado de la realidad de cada zona. Allí tendremos que buscar toda la información disponible acerca del uniforme, armamento, mandos, ideología y táctica de cada bando.
Dentro de nuestro equipaje meteremos los uniformes correspondientes a cada uno de los bandos que vayamos a poder encontrar. Al llegar a la zona, nos pondremos en contacto con el primer grupo. Aconsejo efectuar algunos disparos a la facción contraria, para demostrar que estais efectivamente de su lado.
Lo complicado es el siguiente paso, que se tendrá que dar cuando vuestro itinerario marcado os obligue a entrar en territorio de la facción contraria. Hay que encontrar un momento para vestirse con el segundo set de uniforme y armamento y tratar de convencer a los luchadores del segundo grupo de que ahora estais con ellos. De nuevo, unos cuantos tiros hacia los que hasta un momento antes eran vuestros compañeros, debería ayudar.
De ésta manera deberíais ser capaces de ir de un lado al otro sin que una guerrilla estúpida os impida disfrutar de vuestro merecido e idílico viaje.
Intuyo la pregunta: ¿Y qué ocurre si os coge el grupo que no toca con el uniforme equivocado? ¡Pues que os harán prisioneros, claro! ¿Y qué? ¿Para qué estábais viajando en primer lugar? ¿No queríais aventuras, emociones y salir de la rutina? ¿No era ese el motivo de vuestras vacaciones? ¡Pues a disfrutar, leches!


Décimo tercera: Diarrea del viajero. Chavales... No importa lo que diga yo aquí. Ningún consejo que yo de, podrá salvaros cuando se aproxime el cruel retortijón.
Aparecerá cuando menos oportuno sea: cuando estéis hacinados en un vehículo tercermundista y mugriento, rodeado de lugareños; cuando el escusado más próximo se encuentre a 90 Km; cuando vuestro ojete irritado aún se encuentre dolorido del último apretón...
¡Entonces será cuando, a traición y con alevosía, se abrirán las compuertas del torrente marrón! ¡Y la tripa se inflará hasta proporciones nunca vistas! ¡Y provocará un agudo dolor que retumbará por tu interior desde el páncreas al duodeno! ¡Y tu vientre globificado destruirá el botón del pantalón y también el cinturón! ¡Y comenzará poco a poco a desinflarse! ¡Y las nalgas del destino se abrirán! ¡Y una riada de caca fluida manará de tus posaderas manchándolo todo a su paso! ¡Y los calzoncillos reventarán! ¡Y los pantalones se oscurecerán! ¡Y la mierda salpicará a todos los que se hallen detrás, sumiéndolos en el asombro, el asco y la indignidad! ¡Y recordarás que nunca debiste pedir ración doble en la cena de anoche! ¡Y sabrás que no debiste renunciar a traerte el FORTASEC! ¡Y caerás de rodillas, avergonzado, dolorido y pidiendo perdón! ¡Y en verdad sabrás que te tocó a ti, que nunca debiste desafiar las leyes de la buena digestión, y que por ello fuiste castigado por LA MALDICIÓN DE LA DIARREA DEL VIAJERO!