Día 13.
Entrada 20.
Los
ciclistas son unos cabrones. Ellos, que irían mejor por carretera,
entran en el camino a molestar a los peregrinos de a pie. Nos lo han
hecho un par de veces, dándonos un gran sobresalto. Pero eso se acabó.
He cogido los bastones de caminar, los he apuntado en dirección hacia
atrás, he afianzado mi posición contra el suelo, he esperado... Y al
aparecer uno de esos cabrones, lo he empalado. Lo sigo llevando ahora,
atravesado en el palo a él y a su bici, como escarmiento para los demás.
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