29 d’octubre, 2005

Otra de Palomitas (4) per Alex

Fa un mes, més o menys, em vaig acabar un llibre i avui m'he decidit a veure la peli que David Lynch va fer sobre ell. Es tracta de DUNE.
La veurem de dues maneres; com a adaptació del llibre i com a película en si.

Com a adaptació del llibre es bastant churro. Després d'aquest titular digne de "Ragazza" passo a explicar-me. La novela no te massa acció entesa com a batalles i etcètera, es un llibre que et parla de polítiqueig, religió, i explota molt les relacions entre l'extens nombre de personatges. A la peli, les coses passen bastant per que si. Com a mostra un botó. A l'escena en que Paul i la seva mare es troben als Fremen al desert, al llibre triguen unes 40 planes a entendre's, acceptarse, aliarse i anar al campament Fremen. A la peli es troben directament al campament i la primera frase dels homes del desert als desconeguts es: "Hola, os aceptamos en la tribu" I en 10 segons et peles 40 planes de llibre. Quina adaptació senyors. I per no allargarme massa passarem a analitzar-la com a película independentment del llibre.

2 churros. Això es el que val com a peli. Vamos que si no t'has llegit el llibre no pots tenir pajolera idea del que passa, ja que com deiem tot passa com a les pelis porno; "Hola. A follar? A follar". No es que t'expliquin massa les coses. Però com no, David Lynch es recrea amb els somnis del protagonista i les seves visions de futur. Calen destacar 2 coses que sobresurten qualitativament:
Els efectes especials dignes de una seqüela de Ed Wood. Amb les seves naus amb disseny Lego i les seves protesis supurants. I l'actuació d'Sting. Quins collons! Això es actuar i no Robert de Niro. Quina cara de boig (que no canvia en tota la peli) Quins diàlegs (2). Vamos un luxe tenir-lo entre el repartiment.

Be, després d'allargar-me en una crítica força llarga li posarem nota: 3 churrus.
De debò; si no us heu llegit el llibre no us la mireu, i si ho heu fet, no us la mireu.

28 d’octubre, 2005

La canción del viernes (5) “Dirty Boulevard” de Lou Reed per Peix

¡Feliz viernes!

Más que nunca, hoy parece existir un afán desproporcionado por el culto a la juventud. “Peterpanismo” le han llamado algunos. No sabemos envejecer: cremas regeneradoras, vestimentas juveniles, gimnasios, modas pasajeras, mitos hollywoodienses (ricos y famosos), estilos musicales facilones y con mensajes materialistas, fascinación por la belleza exterior... Todo nos hace recordar, con una presión inusitada, que debemos mantener nuestro aspecto anclado en el edén de los convulsos primeros años de nuestra madurez ¡Juventud, divino tesoro! Parece que socialmente no aceptamos lo inevitable. El paso de los años cae sobre nosotros y no se nos ocurre otra cosa que buscar en lo superficial, olvidando que lo esencial está en otros lugares. A menudo, no parecemos tener en cuenta que la vida es efímera y que por eso deberíamos vivirla lo mejor posible, cada uno a su gusto y a su manera, respetando a los demás. Los trazos de una fuerte personalidad, que nos aporta seguridad y una coherencia saludable, del disfrute espiritual y terrenal, no van acompañados de un cuerpo diez ni de una imagen de “James Dean” eterno.



Por suerte, no es una cuetión tan arraigada entre nosotros como el alarmante catastrofismo del que he pecado en el primer párrafo. Más de uno, y más de dos, se ríe de las neuras obsesivas con las que conviven los fanáticos de la búsqueda de la eterna juventud. Buena de fe de ello nos dan algunos personajes, algunos de ellos músicos y cantantes, en el siglo XX y XXI. Este es el caso de Lou Reed. Si a finales de los sesenta, con la “Velvet Underground” dió el pistoletazo de salida a la música independiente, tocando el cielo con discos endiabladamente buenos, con los años supo ocupar su lugar en la historia del rock, como un buen whisky celosamente guardado en barricas de roble americano.

Hoy repescamos una canción de su magnífico larga duración “New York” de 1.989. En “Dirty Boulevard” encontramos todo lo que fue y es Lou Reed (no me atrevo a decir “será” por que el futuro seguro que nos depara sorpresas...). Un autor que siempre ha buscado el sentido de su obra en los personajes marginales de una sociedad que solo ha tenido ojos para sus ídolos inmaculados. Un discurso que, con el paso de los años, no se ha cansado de explicar. Un viaje por los oscuros caminos de la miseria de una realidad que el márqueting se ha empeñado en ocultarnos. La estela de Reed nos conmueve con sus relatos; la búsqueda de “La Gran Novela Americana”, de la novela hecha disco.

Uno de los precursores de la cultura “underground” firma esta obra maestra que solicitamos escuchar este último viernes con horario de verano de 2.005.

26 d’octubre, 2005

Concurs (1) per Joan Santaló


Hola amics i amigues de la Universal.

En vistes de potenciar la participació i contribuir a fer més gran aquesta la nostra web, convoquem un concurs la mar de simpàtic i facilot per poder endur-vos un regal a casa.

El d'aquesta setmana es tracta d'adivinar a quina ciutat està aquesta estatua.

El primer que ho adivini rebrà a casa seva aquest magnífic regal.
Sí, amics, un ninot articulat de Freud. El regal més total.

Animeu-vos a participar i molta sort!

21 d’octubre, 2005

La cancion del viernes (4) "Octopus" de Syd Barret per Peix

¡Hola a tod@s y feliz viernes!

En esta triste época, de listas de mejores discos de la historia y de catálogos con las 500 mejores canciones del siglo XX, parece tener más importancia escalar posiciones en un estúpido campeonato que hacer buena música. No nos perdamos entre tanta parafernalia y palabras grandilocuentes: “Sgt. Peppers lonely hearts club band” no es mejor que “Are you experienced” y “OK Computer” no es mejor que “Automatic for the people”. Todos ellos son grandes discos, pero no, si seguimos por este camino no vamos bien. Atrapados por el esperpéntico oleaje competitivo de “Operación Triunfo”, tendemos a perder el norte de lo que representa la música, insultándola con deshonor y siguiendo la apestosa estela de no sé que cojones de concursos. Rompiendo la baraja, para hoy recomendamos una perla fuera de concurso. Un tema que no aparece en ninguna lista de tirada mediática ni en los diales radiofónicos de este lado del Atlántico, muy a nuestro pesar.



Syd Barrett grabó “Octopus” para su primer disco en solitario,”The Madcap Laughs”, en 1.970 después de dejar a los Pink Floyd. De los primeros Pink Floyd, aquellos que revolucionaran la música británica con su psicodélico y mítico “The piper at the gates of dawn”, allá por 1.967. Brillante, talentoso y legendario, Syd lideró y fundó con Waters, Mason y Wright el famoso cuarteto londinense. Con él llegaron al Olimpo de la música con maravillas como “Astronomy domine”, Lucifer Sam” y “Bike”. Pasada esta primera época de gloria, el comportamiento de Barrett se transforma extrañamente. El abuso de los alucinógenos le hace alcanzar un número de episodios psicóticos alarmantes, su comportamiento se torna errático y impredecible. El grupo, consciente de esta situación (famosos han sido sus colapsos en entrevistas para TV y en los directos de la banda), decide incorporar a David Gilmour (amigo de la infancia de Syd). Con el tiempo, Barrett abandona la formación. Su estado mental no era estable, sufría esquizofrenia, y se retira en casa de sus padres.

A finales de 1.969, reaparece y acude a Gilmour para que le ayude y produzca este primer disco. El sello discográfico “Capitol” lo publica finalmente a primeros del año siguiente, después le siguiría otro más llamado, simplemente, “Barrett”. A partir de aquí todo es leyenda. Su desaparición musical genera muchas controversias. Se sabe que la enfermedad acabó con su delicado equilibrio emocional y que se retiró finalmente con sus familiares. Los datos sobre su vida actual aparecen fragmentados, confusos y envueltos de una áurea de misterio. Se dice que se dedica a la jardinería, que no se acuerda de su pasado en la música rock, que ha olvidado a los Floyd. En fin, carne para artículos y foros. Pero, dejando de banda las habladurías y sin lugar a dudas, su aportación a la música, los riesgos que tomó y su particular y prodigiosa manera de entender las canciones han pasado a la historia con mayúsculas. Se fue pronto, pero nos dejó un buen legado de canciones magistrales, magnéticas, imaginativas y originales. Experimentó salvajamente con numerosos etilos y produjo aquello que solemos llamar obras maestras. Su ausencia ha mitificado su obra (como acostumbra a pasar con el paso de los años) y sus compañeros de grupo y de éxitos nunca lo olvidaron; claras son las referencias a su persona en “Wish you were here” y “Shine on you crazy diamond”. Nosotros tampoco le hemos olvidado.

18 d’octubre, 2005

Relats (4) "Noches en Barcelona" (2) per Santi


Ella acerca su oreja a mi boca incorporándose por encima de la barra, dejando entrever, de forma nada inocente, su portentoso escote.
- Cómo? Qué has dicho? – Me grita rompiendo todo el encanto surgido. Me veo de nuevo en una típica tesitura: ¿hasta cuando insistir en algo? ¿Debo repetirle el exótico nombre del cóctel de invención propia o más bien desisto y le explico qué demonios significa y que me ponga una copa y basta? Pero reacciono, aguanto el tipo y me doy cuenta de que esa es una parte importante del show. Cada ciudad tiene su fiesta, y ésta, contrariamente a lo que la gente piensa, no surge de forma espontáneamente

Para eso estamos aquí.

Así, pues, insisto: Un Sweet London, nena. – Cuando acabo de pronunciar la palabra “nena” me doy cuenta de mi error. Su mirada deja de ser la de “qué te pongo chico guapo” para convertirse en “donde te meto la patada, pedazo de imbécil”.
Ella sigue sin entender: “Un London qué? Y eso qué lleva?.
A continuación le sigue la perorata sobre las bebidas de moda: que si esta bebida es lo último en el Buda Bar de París, o en tal jazz club de Maniatan, bla bla bla. No se porqué, al mencionar un club de nombre rimbombante de una ciudad extranjera, la gente se traga que esa bebida realmente existe.

Me sirve la copa tras mi explicación de su contenido: Vodka, zumo de naranja y un toque de grosella, sin pasarse por favor. No queremos que sea demasiado dulce, ¿verdad? Sonrisa picarona No, claro que no Mirada hacia abajo y risita.


Acabado este trámite, me dirijo al tumulto epiléptico que es la pista. El centro de la disco. El santuario de Tony Manero. Tomo un sorbo de mi copa y observo.
Primera fase de nuestro plan: La observación de los individuos para proceder a su clasificación.
Tomo otro sorbo. Sonrío a un par de chicas. Busco con la mirada a mi compañero de aventuras. No entendemos y nos ponemos de acuerdo sobre cuál va a ser nuestro próximo target. Al ataque.


to be continued…

14 d’octubre, 2005

La cancion del viernes (3) "Play dead" de Bjork por Peix

¡Feliz y lluvioso viernes!

Si hablamos de los discos de referencia en la historia de la música contemporánea, aquellos que más han influenciado o transgredido las tendencias predominantes, un comentario aparte merece el álbum “Debut” de Björk. Este trabajo, que fue el tercero que publicó en solitario (además de la entretenida y interasante experiencia con “Sugarcubes”), nos presenta un experimento de imaginación, creatividad y intimidad de la autora. Expresa, también, las inquietudes por explorar la “cultura de club” londinense, tan en boga a principios de los noventa; un paseo elegante y magistral por el dance y el house. Publicado en el verano de 1.993, sacudió el panorama efervescente de aquel entonces, conviertiéndose, con el paso de los años, en una verdadera obra maestra.

Inscrito en un disco con letras, mayoritariamente, vitales y cocinado en familia al largo de muchos años, “Play dead” (que en la primera edición del larga duración no aparece en la lista de temas) muestra una Björk más oscura, opresiva y melancólica. El dolor es el protagonista de un tema marvillosamente elaborado. En él, la compositora islandesa se desnuda espiritualmente acompañada de una temblorosa melodía para mostrarnos una de las caras del sufrimiento. Escrita para la película “Young americans”, el single se editó pasada la vorágine que ocasionó el LP con el que la artista llegaría directamente al estrellato.



Björk, nacida el 21 de junio de 1.965 en el seno de una comuna hippie en Reykjavik, donde la música, el arte y la expresión configuran el paisaje de una infancia libre y diferente, aprende desde muy joven flauta y piano. Y con solo once años comenzó su especial relación con la industria musical. Después de varias experiencias alternativas, “Debut” aparece como un ito catártico y revelador: un “gran reserva” que nunca es tarde para descubrir y paladear. Se muestra como la sombra de un disco, que con los años ha crecido y ha sabido envejecer, que serpentea juguetona y engañosamente entre las propuestas para melomános insatisfechos. Indispensable, necesario, perturbador y con una magnífica canción, “Play dead”, como colofón.

07 d’octubre, 2005

La cancion del viernes (2) "Rumba argelina" de Radio Tarifa per Peix

¡Feliz y soleado viernes!

En este primer viernes de octubre propondremos un pequeño paseo por la música mestiza, tan de moda entre lo políticamente correcto de las tendencias musicales de la ciudad condal. Una canción popular reinterpretada por “Radio Tarifa”. Un grupo madrileño que elabora su música con exquisita armonía. Con un poquito de música árabe, de ritmos andaluzes, flamenco y una buena pizca de folklore, los músicos superan la simple categorización de “Músicas del Mundo” (o “World Music”, denominación muy amplia y poco definida) para presentarnos el acercamiento de las culturas mediterráneas.



Si, por un momento, nos dejamos llevar por la canción, no nos estrañará experimentar un paseo por una de las laberínticas medinas del Maghreb, un dulze trayecto impregnado de olores penetrantes, sonrisas amables y colores brillantes. Una invitación para olvidarnos del tiempo y las modas pasajeras. Una observación de las raíces que han procurado una rica herencia ibérica con sensibiliadades para la obertura y la tolerancia. En un momento de crisis políticas por el llamado problema de la immigración, un acercamiento al entendimiento, que nos une por lazos ancestrales, nos podría enseñar a vernos no tan diferentes y a encontrar puentes de conexión para tan dispares realidades.

“Rumba argelina” es la pieza que da título al trabajo editado en 1.994 y que inicia la andadura discográfica de un grupo inquieto que más tarde alteró el discurso de su ópera prima para adentrarse en los entresijos de la música ibérica. Un formación de enorme repercusión internacional, que llega a su máximo explendor en julio de 2.004, con su actuación en las celebraciones del 25 aniversario del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas en los Territorios Palestinos . Faín S. Dueñas, Vicent Molino y Benjamín Escoriza nos invitan, con su buen hacer y su apuesta arriesgada, a descubrir una propuesta musical atractiva y irrenunciable.

¡Ele ese gazpacho andaluz! ¡Ele!