23 de febrer, 2007

La canción del viernes (38) “In the air tonight” de Phil Collins per Peix

¡Feliz viernes a todos!

Tristeza, dolor y venganza, muchas canciones tienen que ver con esas palabras. Algunas grandiosas, otras mediocres, estas composiciones se sustentan en una atmósfera agria y resentida. Una amargura que emerge de los malos tiempos, una redención anhelada y perturbada. La cíclica ruptura de los enamorados, el lastimoso desengaño, la traicionera infidelidad y el aplastante desamor son el substrato que bautiza las grandes composiciones. Canciones con las que nos identificamos, con las que aprendemos a olvidar. La música rock es muy proclive a este tipo de expresiones, habida cuenta tenemos en nuestro país (Los Planetas, Nacho Vegas, Joaquín Sabina, por poner algunos, los más bestias) y en el extranjero (The Rolling Stones, The Cure...), de hecho, no se entiende el movimiento aglutinador y mesiánico del rock sin esos versos envenenados, sin ese eterno lamento. Seguro que todos tenemos esa canción que habla mejor que nosotros sobre aquello que nos pasó y nos arrasó, seguro que entre los reproches cantamos esa tonada que nos viene a la cabeza porque sí, porque es eso; la banda sonora de nuestras vidas recopila las luces y sombras, lo mejor y lo peor. En tiempos de apatía e insensibilidad expulsar los demonios es casi una insolencia, un atrevimiento. Como en el mito del eterno retorno, los buenos tiempos volverán, mientras: caguémonos en todo. Para algunos críticos y observadores cantar al dolor es un paso hacía la madurez, tal vez (se ve que Alejandro Sanz ahora es más maduro porque en su última grabación se filtra la oscuridad de un corazón partido de verdad), pero la madurez está para eso y mucho más, si no que se lo digan a los Dylan, Knopfler, Van Morrison y otros, que se han cansado de buscar la gran canción y se han obsesionado con acaraciar lo sencillo. La música imita a la vida, no se entiende sin ella, es absurda sin su existencia. Bailes, recuerdos, sonrisas, lágrimas, emoción, epopeyas, bucólicas, poesías, todo está en ella, todo lo recoge; nada se escapa.

Como si de un latigazo se tratase, la canción de hoy sacude este plácido viernes de febrero, la inusual “In the air tonight” (cuya letra va acompañada de una leyenda urbana, totalmente falsa, acerca de un hombre que se ahoga en el mar y otro que le niega su ayuda), de Phil Collins, se manifiesta especialmente brutal e incómoda entre el repertorio al que nos tiene acostumbrado el ex-cantante y baterista de Genesis. Poco después del divorcio de su primer matrimonio, el bueno de Collins publica este tema en el, no menos extraordinario, álbum “Face Value” de 1981. Todo el LP está influenciado por este convulso acontecimiento y temas con el de hoy y “If leave me is easy” completan un trabajo complejo e introspectivo. Con la composición de este tema, el inglés esboza un previo, una visión, del trip-hop y del movimiento musical que aconteció a finales de los ochenta. A caballo entre Genesis y su carrera en solitario, “In the air tonight” posicionó a Phil Collins en el star-system del momento, casi un millón de ventas arroparon la arriesgada propuesta de “Face Value”, público y crítica estuvieron de nuevo de acuerdo.

Philip David Charles Collins nació en Londres el 30 de enero de 1951. Con cinco años y un tambor entre sus manos, la plácida familia Collins comenzó a padecer las consecuencias de un regalo, a priori, inocente y apropiado. Con la adolescencia adquirió la deseada batería, los primeros escarceos con bandas adolescentes y el teatro amateur, Collins actuó en diversas obras de cierto renombre. En 1970 entró a formar parte de Genesis, liderada en aquel entonces por el genial Peter Gabriel, cuando el grupo buscaba un baterista para substituir la plaza que dejaba vacante John Mayhew. Aportando su buen humor y un buen hacer incomparable en la composición y el arreglo de los temas, Collins se integró perfectamente en el equipo y trabajó a la sombra de Gabriel junto a Banks, Hackett y Rutherford. Tras “The lamb lies down on Broadway” (uno de los álbumes conceptuales más valorados de la formación) Gabriel abandona la banda para iniciar una proclive carrera en solitario, Phil tomó su relevo para coger las riendas de Genesis. Pero las inquietudes personales puedieron más que el trabajo coral y con el mencionado “Face Value”, Collins inicia también su aventura en solitario. Llena de éxitos y altibajos, la compagina con el trabajo de Genesis hasta 1997, cuando finalmente deja el grupo para centrarse en sus creaciones personales. De su discografía cabe destacar “No jacket required” y “But seriously”, donde el apogeo creativo de este singular autor tontea de manera magistral con la calidad y lo comercial, y encontramos, sin duda, al mejor Collins.

Os dejamos con una novedad: desde hoy intentaremos, siempre que sea posible, añadir un vídeo o un audio de la canción que comentamos con esmero y cariño desde esta sección “semanal”.



4 comentaris:

escoltainvisible ha dit...

Uhm... Una nova manera de posar la canción de los viernes?? Els articles que acompanyaven estaven bé...
Vaja, que si hem de començar a postejar cançons i es deixa màniga ampla, prepareu-vos, que jo sóc molt friki amb la música...
No respondo del que pengi...

De moment et deixaré a tu el tema musical...

Ann ha dit...

En donc fe, jo ja he patit/gaudit/compartit moments musicals freaks amb l'escoltainvisible....què us sembla MAX MIX 4, per exemple?

Anònim ha dit...

Brutal! Ideal! Quins grans temes! Qui és aquest visionari??

Anònim ha dit...

Muy buena reseña de Phil Collins y Genesis. Te invito a visitar mi blog de Genesis: http://genesisplatinum.blogspot.com/, saludos.