¡Feliz viernes!
Hablar de música “soul” es hablar de cómo los negros expresaron su orgullo y reivindicaron la lucha por la igualdad en los Estados Unidos de la década de los sesenta. Es hablar de un símbolo, de un referente, del “alma”. Porque eso es lo que es la música soul: la esencia de un pueblo; la respuesta a una opresión, el intento de establecer un espacio de normalidad. Convirtiéndose en un punto de encuentro para forjar la maltrecha identidad de la comunidad afroamericana, esta fusión de rhythm and blues y gospel, desencadenó una fuerte ola de creadores que, ayudándose de la música, hablaban y explicaban historias sobre la vida y los problemas de su gente. A veces como un canto espiritual, otras como una pieza sensual y sugerente, los temas de soul fueron haciéndose cada vez más y más populares. Artistas como Aretha Franklin, Ray Charles, Otis Reading, The Supremes, James Brown, Marvin Gaye y muchos más, dejaron una huella y un legado musical difícil de olvidar a través del mítico sello discográfico “Motown” y otros que lo siguieron, como Atlantic y Stax/Volt.
Hoy, desde esta sección, debemos saldar una cuenta que teníamos pendiente desde el diecinueve de enero pasado, día en que falleció Wilson Pickett, uno de los precursores y punto de referencia obligado de los albores de la música soul. Para este primer y soleado viernes marzo os reservamos todo un clásico: “Mustang Sally”. Este tema se escucha por vez primera en el disco “The Wicked Pickett” de 1.966, editado por el sello Atlantic; un maravilloso álbum, seguramente uno de los mejores de Pickett.
Una voz salvaje y apasionada sacude este magnífico tema que se convirtió, rápidamente, en uno de los himnos más emblemáticos de aquella época. La presencia de los metales y los coros femeninos, subrayan con pulcritud y elegancia las características habituales en las canciones de éste genero. Con los años, y tal vez ésta algunos la tendrán más presente, hicieron una versión los Commitments para la película homónima de Alan Parker.
Debemos recordar, en honor a la verdad, que la obra de Pickett es basta y sobresaliente. Temas legendarios como “ In the midnight hour” y “The land of 1.000 dances” pueden servir a algunos para hacerse una idea de la repercusión de su música. Una obra que sumada a la de otros genios configuró una época dorada y irrepetible para la llamada música negra. Es difícil de entender la proyección del soul hacia el “funk” y el “R&B” actual sin sumergirse en sus brillantes y profundas raíces. Tampoco los cantantes actuales de este género parecen poder superar la frescura y la contundencia de sus progenitores musicales. Y es que un inevitable matiz político y social sazonaba la ebullición de un estilo que se ha aburguesado y acomodado en exceso. Nada parece ahora (exceptuando, claro está, el hip-hop) revivir lo que significó el soul en la América convulsa de los sesenta.
1 comentari:
Home, comparar el hip hop, per mi feista y malsonante amb lo que cantava el senyor Pict, sembla blasfem, fins i tot. I això que jo no sóc un purista musical.
Jo no sóc molt fan d'en Pict, però haig de confessar que The Comittments és una peli que guardo amb carinyo. Una de les poques que tinc pròpies. Probablement la millor que s'ha fet mai a Irlanda. I la versió de The Midnight Hour és tremenda, realment.
I això que, repeteixo, no sóc gaire fan del "soul".
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