La tristeza y el desamparo nos invade en este frío viernes de enero: hoy ha fallecido Wilson Pickett. Referente obligado en la eclosión del soul a principios de los sesenta, hoy le recordamos y le rendimos un emocionada despedida desde esta humilde bitácora. Más adelante, desde esta sección, hablaremos de él y de su magnífica obra.
Pero para hoy teníamos reservado, con el permiso del Sr. Pickett, un magnético tema del genio de las seis cuerdas, del amo de la electricidad, de la leyenda más grande que el rock jamás haya contado, una obra maestra del inolvidable Jimi Hendrix. Virtuoso, arriesgado, majestuoso, este chico de Seattle revolucionó durante dos años la música rock con sus travesuras. Cuando “Are you experienced” vió la luz en 1.967, y después de algunos años como reconocido músico de sesión, Hendrix asombró al mundo con su primera aportación creativa al circuito de los vinilos. Junto a su banda, Redding y Mitchell, llamados “The Jimi Hendrix Experience”, firmaron una de las mejores óperas primas jamás grabadas. Un impresionante elenco de canciones que emanaban de una hipnótica mezcla entre el rock, el pop, la psicodelia, el soul y el rhythm and blues.
A este disco le siguió “Axis: Bold as love”, de donde extraemos el tema de hoy, una balada inmortal y lisérgica llamada “Little wing”. Y con este disco, más experimentación: se atrevió a pincelar con el jazz, profundizó con el wah-wah, perfeccionó las distorsiones y, incluso, se permitió algún guiño de cara a la galería (“Exp”). La leyenda continuaba su rumbo cuando llegó otra obra maestra “Electric Ladyland”. Y después los problemas, Noel Redding y Jimi Hendrix se discutían continuamente, esto era demasiado para una formación que dependía casi exclusivamente de la inspiración de su líder, y acabó por destruir definitivamente la triunfal marcha de la banda. En 1.969 llegó una nueva formación y su consiguiente álbum, pero Hendrix ya no era el mismo, ni musicalmente ni personalmente. Las drogas comenzaban a minar la consciencia del guitarrista. Los problemas personales afloraban allá por dondequiera que él estuviera, un horrible velo de obsesiones y miedos nublaba la vista de Hendrix. Su vida y obra iba de mal en peor hasta que todo acabó en la mañana del 18 de septiembre de 1.970, cuando su novia lo encontró muerto en el suelo de su habitación; se había ahogado con su propio vómito.
Su trayectoria fue corta pero intensa. La innovación presidió la mayoría de sus composiciones, el talento surgía a raudales de las notas de su stratocaster, pero si por algo lo recordaremos será por sus geniales y inolvidables directos. Sus actuaciones en vivo fueron como orgías musicales, con espacio para la improvisación y los sentimientos. Como un ritual religioso, quemaba o destrozaba su guitarra al final de sus conciertos, sacralizando de esta manera el más importante símbolo de la música contemporánea de nuestro tiempo. Para el recuerdo queda esa estampa que marcó toda una generación; para recordarlo recuperamos esta memorable pieza.
2 comentaris:
Segona setmana consecutiva en la que estic d'acord amb la recomanació. Poca cosa mes es pot dir d'en hendrix.
només recomenar la versió d'aquesta cançó feta per Raimundo Amador
A mi, la forma de morir d'aquest home, em fa pensar que aquí la Mort Novata va fer alguna de les seves...
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