Décimo segunda:
Conflictos armados. Amigos, en el tiempo que vivimos, si antes de
viajar no nos informamos convenientemente de los conflictos,
durmientes o despiertos, que sacuden el lugar a visitar, estaremos
cometiendo una gran irresponsabilidad.
Afortunadamente,
internet nos concede un acceso sencillo y actualizado de la realidad
de cada zona. Allí tendremos que buscar toda la información
disponible acerca del uniforme, armamento, mandos, ideología y
táctica de cada bando.
Dentro de nuestro
equipaje meteremos los uniformes correspondientes a cada uno de los
bandos que vayamos a poder encontrar. Al llegar a la zona, nos
pondremos en contacto con el primer grupo. Aconsejo efectuar algunos
disparos a la facción contraria, para demostrar que estais
efectivamente de su lado.
Lo complicado es el
siguiente paso, que se tendrá que dar cuando vuestro itinerario
marcado os obligue a entrar en territorio de la facción contraria.
Hay que encontrar un momento para vestirse con el segundo set de
uniforme y armamento y tratar de convencer a los luchadores del
segundo grupo de que ahora estais con ellos. De nuevo, unos cuantos
tiros hacia los que hasta un momento antes eran vuestros compañeros,
debería ayudar.
De ésta manera
deberíais ser capaces de ir de un lado al otro sin que una guerrilla
estúpida os impida disfrutar de vuestro merecido e idílico viaje.
Intuyo la pregunta:
¿Y qué ocurre si os coge el grupo que no toca con el uniforme
equivocado? ¡Pues que os harán prisioneros, claro! ¿Y qué? ¿Para
qué estábais viajando en primer lugar? ¿No queríais aventuras,
emociones y salir de la rutina? ¿No era ese el motivo de vuestras
vacaciones? ¡Pues a disfrutar, leches!
Décimo tercera: Diarrea del viajero. Chavales... No importa
lo que diga yo aquí. Ningún consejo que yo de, podrá salvaros
cuando se aproxime el cruel retortijón.
Aparecerá cuando
menos oportuno sea: cuando estéis hacinados en un vehículo
tercermundista y mugriento, rodeado de lugareños; cuando el escusado
más próximo se encuentre a 90 Km; cuando vuestro ojete irritado aún
se encuentre dolorido del último apretón...
¡Entonces será
cuando, a traición y con alevosía, se abrirán las compuertas del
torrente marrón! ¡Y la tripa se inflará hasta proporciones nunca
vistas! ¡Y provocará un agudo dolor que retumbará por tu interior
desde el páncreas al duodeno! ¡Y tu vientre globificado destruirá
el botón del pantalón y también el cinturón! ¡Y comenzará poco
a poco a desinflarse! ¡Y las nalgas del destino se abrirán! ¡Y una
riada de caca fluida manará de tus posaderas manchándolo todo a su
paso! ¡Y los calzoncillos reventarán! ¡Y los pantalones se
oscurecerán! ¡Y la mierda salpicará a todos los que se hallen
detrás, sumiéndolos en el asombro, el asco y la indignidad! ¡Y
recordarás que nunca debiste pedir ración doble en la cena de
anoche! ¡Y sabrás que no debiste renunciar a traerte el FORTASEC!
¡Y caerás de rodillas, avergonzado, dolorido y pidiendo perdón! ¡Y
en verdad sabrás que te tocó a ti, que nunca debiste desafiar las
leyes de la buena digestión, y que por ello fuiste castigado por LA MALDICIÓN DE LA DIARREA DEL VIAJERO!