28 de juny, 2013

Diario de Jack Murphy (el de la ley de Murphy) por el camino de Santiago (entrada #25).

Entrada 25. 

Sospecho que es ésta noche cuando va a intentarlo. Lo sé porque ya hemos sufrido el primer retraso. La excusa se va fraguando desde ayer. Por lo visto, si hay que dar crédito a sus explicaciones, le han explotado los dedos de los pies dentro de las botas, y caminar resultaba muy complicado.
Como sé que es una trampa, la he obligado a seguir caminando. Al menos, que sufra.
El retraso nos ha obligado a hacer una parada en un lugar imprevisto. Intuyo que aquí habrá preparado una emboscada ninja. Pero estaré preparado. Ya he estudiado mis vías de escape. Ésta noche no pegaré ojo. Atrancaré la puerta. Me esconderé bajo la cama. Tendré a mano el Kalashnikov. Nunca me cogerán vivo.


18 de juny, 2013

Diario de Jack Murphy (el de la ley de Murphy) por el camino de Santiago (entrada #24).

Entrada 24. 

La gente es una guarra. En medio del camino, se desprenden alegremente de su basura, sin pensar en el daño que le causan al medio ambiente o, peor aún: a mí. Mi sensibilidad ha sido puesta a prueba cuando he visto, abandonda en el margen, una botella de agua medio vacía. El contenido de la botella colmaba el recipiente hasta arriba. A decir verdad, creo que estaba precintada. Pero yo la veía medio vacía. Esté como esté la botella, yo siempre la veo medio vacía. Algunos, cuando han sabido ésto, me han llamado no se qué palabra sacada del diccionario de un psicólogo. A los que me llaman así, suelo hacerlos seguir por un sicario para que les de una buena paliza. Aunque no acabo de entender muy bien el significado de esa palabra, la verdad. Pero yo les mando apalizar. Solo por si acaso.



01 de juny, 2013

Diario de Jack Murphy (el de la ley de Murphy) por el camino de Santiago (entrada #23).

Dia 14.

Entrada 23. 

Cada mañana sufro un drama. Y es que, en todos los hoteles ofrecen tostadas para desayunar. Y yo ODIO las tostadas. Porque haga lo que haga, siempre acaban por caerse. Y siempre caen por el lado de la mermelada . Y aún si cayeran al suelo... Pero no. Siempre van a caer allí donde saben que van a hacer más daño. ¡La de trajes que me habrán arruinado las muy cabronas! Hoy no ha sido una excepción. Como saben que tengo pocos pantalones, se han tirado sobre ellos antes incluso de poder dar el primer mordisco. Después he notado como se reían de mi. ¡¡¡Las odio, las odio, las odio!!!